lunes, 16 de diciembre de 2013

Vi...vencias El Adviento es eternidad!!!

“El tiempo es muy lento para los que esperan...
Muy rápido para los que tienen miedo...
Muy largo para los que se lamentan...
Muy corto para los que festejan...
Pero... Para los que aman... El tiempo es eternidad!”
William Shakespeare

Y éste resulta siendo el primer Adviento en que espero en mi corazón la llegada de Jesús encarnado en un pequeño de brazos, y que “coincide” por gracia de Dios con la espera de una pequeñita que habita en mi vientre…
Pero… ¿cómo esperar lo que ya vemos?

Claro! Jesús nos habita desde siempre, y varios de nosotros somos conscientes de esta magnífica inhabitación…  Y si ya nos habita, si ya nació, si ya sabemos cómo continúa y termina la historia… ¿qué sentido tiene volver a esperarlo? Volver a anhelarlo?  Volver a prepararnos para su llegada?

Podría decirlo de 3 formas:

1.  Toda buena noticia es siempre bienvenida.  Así como la noticia de la llegada a mi vientre de una pequeñita obra de Dios, un día fue una buena noticia que llenó de alegría mi hogar… También la conmemoración de la llegada de Jesús es siempre una buena noticia… La mejor de las noticias!  Tal vez hoy nuestro corazón está frío, solitario, pobre, triste, enfermo, infeliz… de seguro tiene la forma de un pesebre en donde escaseaban tantas cosas y es allí el lugar perfecto para que la Luz del Mundo llegue a posarse e inundarlo, encarnada en un pequeño…
Esté como esté nuestro corazón, siempre Jesús será buena noticia que llegue a llenar de luz, de ternura, de compañía, de alegría, de sentido, de calor el pesebre de nuestro corazón…

2.  Para los que aman… el tiempo es eternidad!!! Aunque sabemos que toda espera es desgastante, que nos intolera, que nos irrita… Esta espera del Adviento tiene algo particular, es tiempo de amar! De crecer en el amor por el Señor… de postrarnos ante Él como los sabios de Oriente a poner a sus pies nuestras mejores ofrendas… de maravillarnos de que el Padre Dios sea tan bueno, que haya hecho encarnar a su propio Hijo en la debilidad de un niño recién nacido para salvarnos y que nos invita a ofrecerle lo mejor de nosotros!  Sucede como con mi pequeñita a quien desde ya aprendo a amar, a cuidar, a sentir, aún sin poder ver… que se convierte en la razón de ser de una vida llena de novedades… y a quien día a día le entrego lo mejor de mí (aún mi propio cuerpo para guardarla!).

3.  ¿Por qué esperar solitos?Cuando supimos de mi embarazo, mi esposo y yo corrimos a dar la Buena Nueva a todos, comenzando por los más cercanos…  como lo hizo la Virgen María, quien al enterarse de la buena noticia decide ir a celebrar con su prima Isabel que aquello que Dios les había prometido, lo estaba cumpliendo…
El Adviento no es tiempo de espera estática, inactiva, pasiva… Adviento y Navidad son tiempos de misión, de incomodarnos, de salir, de ir al otro, de acudir a su llamado, de ir a celebrar… Tiene sentido conmemorar la Navidad y anhelar su llegada, si estamos dispuestos a caminar 1 km más hasta llegar a la necesidad de los que están a nuestro lado.

En resumen, no es otra cosa el Adviento, sino un tiempo de silenciar el corazón para redescubrir en nuestro pesebre interior – esté como esté – que el infinito amor de Dios se encarna en la pequeñez y fragilidad de uno como nosotros que viene a llenarnos de su luz y alegría, que quiere que lo adoremos y que nos invita a hacerlo amar de muchos otros que también lo anhelan.

Este pequeño tiempo de espera… es eternidad!!!

Por:  Milena Ayala
Comunidad Génesis

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