sábado, 31 de agosto de 2019

Charlemos sobre...Esforzarse cada paso!!!


Homilía del XXI Domingo Ordinario, 25 de Agosto 2019.



Lecturas del Día:

Primera Lectura: Isaías 66:18-21
Salmo Responsorial: Salmo 117:1-2
Segunda Lectura: Hebreos 12:5-7, 11-13

Evangelio del Día:

Lucas 13:22-30

22 Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén.
23 Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» El les dijo:
24 «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.
25 «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois."
26 Entonces empezaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas";
27 y os volverá a decir: "No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!"
28 «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera.
29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios.
30 «Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.»

Tomado de: http://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp


Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez

Preguntas:

-¿Qué relación tiene el esfuerzo personal con la Salvación?
- ¿Qué quiere decir que somos seres integrales?

Tarea de la Semana:

Orar y reflexionar acerca de la forma en la que debemos esforzarnos en la vida cotidiana.


Oración por el buen uso del tiempo


Tengo ante mí unos minutos, unas horas, unos días. ¿Qué voy a hacer? La decisión está en mis manos.

Por: P. Fernando Pascual LC | 


Tengo ante mí unos minutos, unas horas, unos días. ¿Qué voy a hacer? La decisión está en mis manos. Si no hay urgencias inmediatas, si la enfermedad no corta las alas de mi vida, soy plenamente libre para escoger.

No quiero, sin embargo, decidir a solas. Sé que hay un Dios que es Padre y me ama. Sé que Cristo me ha enseñado el camino de la vida. Sé que el Espíritu Santo habita en mi alma y me invita a optar por lo mejor.

Por eso, Señor, te pido luz para usar bien el tiempo que ahora me concedes. Ayúdame a renunciar a un uso egoísta del mismo. Ayúdame a dejar de lado caprichos, placeres malsanos, deseos de venganza, obsesiones que encadenan.

Permíteme la gracia de arrepentirme de mis pecados y de llegar a una conversión profunda, sincera, completa, decidida, desde la certeza de tu misericordia eterna.

Concédeme ver con claridad qué deseas de mí ahora, cómo puedo ayudar mejor a mis hermanos.

Fortalece mi voluntad para que la pereza no me detenga, para que el miedo no me paralice, para que esté dispuesto a arriesgar mi fama si se trata de defender la justicia, de ayudar al pobre, de proteger a la viuda, de corregir al que yerra, de consolar al triste, de transmitir tu Evangelio.

Ayúdame a tomar buenas decisiones. La vida pasa, y no puedo desgastarme en lo inútil y en lo dañino. Sólo tiene sentido escoger lo que me lleva a amarte a Ti y a servir a mis hermanos.

Señor, tengo ante mí este tiempo que me concedes. Haz que se convierta en un momento bello para acercarme más a Ti, para conocer mejor mi fe, para dejarme impulsar por la esperanza, para avanzar por el camino maravilloso del amor, del servicio, de la entrega hasta “dar la vida por los hermanos” (1Jn 3,16).

Vi...vencias...La fe debe sustituir el miedo.




La fe debe sustituir el miedo

Por: Ramón Castillo Fuentes 

“No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.”
Si yo eligiera la frase que con mayor frecuencia Dios me ha introducido en el corazón es: “No tengas miedo”. Esa frase tan propia de un guadalupano me ha hecho comprender la razón de mis debilidades. Es por eso que hoy, si el lector me lo permite les comparto una reflexión acerca de la fe.

Hay ocasiones en las que tenemos dos opciones a elegir, una buena y una mala. Sabiendo que podemos elegir entre dos opciones, muchas veces elegimos esa manzana envenenada. ¿Por qué?


Por debilidad podría concluirse, pero Dios no nos pone cruces que no podamos superar. En el fondo pecamos porque el mal se nos aparece como un bien.

Pero también concluyo basado en la experiencia propia, que otra razón por la que pecamos es el miedo. El miedo a no recibir ese bien total, pleno y duradero. Obramos en el aquí y en el ahora por miedo a que ese bien no exista. Habita en nuestro corazón esa idea que la bondad no tiene trascendencia. Al fin y al cabo, nuestra “muerte” “sepulta” las cosas buenas o malas que hayamos hecho.  Elegir el bien sobre el mal, es un verdadero acto de fe. Es confiar que, aunque el bien no siempre recompensa de manera inmediata, lo hará, en esta vida o en la siguiente.

El miedo consume poco a poco la fe que tienes por Dios, por ti y tus hermanos. Destruye la esperanza y sobre todo no te permite ser el fuego que ilumina.

¡Pide más fe! En la oración se encuentra la fortaleza que anhelamos. La fe es un regalo, y una gracia, y se forja en el deseo de acrecentarla en los demás.

Es nuestra falta de oración la que no nos permite ver en cada acto en la presencia de Dios en nuestra vida.  El miedo es el demonio tratando de acabar con la esperanza “¡No tengan miedo! ¡Abrir las puertas a Cristo!" (SS Juan Pablo II)

Cristo no solamente nos hace mejores personas, sino que nos convierte en personas nuevas. Cristo no se limita a arreglar las paredes de tu casa, si no las tira para construir en él un palacio. No tengas miedo a que Cristo tome el control de tu vida.


¡Comparte tu fe! Cuando uno va de misiones, se da cuenta de ello, siempre se regresa con una fe más firme. Es la seguridad y paz que te permite ver a Cristo actuando a través de ti. La fe se fortalece, y sobre todo se vivifica en la extensión del Reino de Dios. No le tengas miedo a entregar todo a Cristo, Él nunca decepciona.

Para que lean el ESCRITO con buena música...


Cuando veas a tu hermano triste, tienes una oportunidad invaluable de acrecentar tu fe. Llenémonos de Él, para que podamos compartirlo. El demonio nos llena de miedo y nos presenta el respeto humano, acuérdate que el mundo te necesita, Dios no nos creó inmóviles.

En ocasiones el mal, es por causa nuestra. El pecado propio trae como consecuencia el mal. Es ahí cuando el demonio actúa y dejamos de confiar en la misericordia de Dios. Acerquémonos a la confesión, no tengamos miedo de reconciliarnos con Cristo. Acuérdate que Él ya murió por el pecado que cometiste. No vivas en el pasado, que por delante tienes muchas gracias que Dios te quiere colmar. No nos convirtamos en Judas, no permitamos que el demonio nos llene de miedo, la misericordia de Dios es infinita. Vivir en el pasado no nos trae felicidad.

El mal de nuestra vida, no siempre es por nuestra culpa. A veces Dios permite males (nunca los ocasiona) para acercarnos más a Él. Confiemos plenamente en la Providencia Divina. Esas cruces de la vida como lo puede ser una enfermedad, la muerte de un ser querido, la pobreza, es una oportunidad para acercarnos más Dios ¡No dejemos que el demonio nos tire, la mano de Dios actúa dando fortaleza y preparando nuestro corazón!

Cuando el mal parezca consumir nuestra vida recordemos que María nos dijo: ”Hijito mío a que vas a tenerle miedo, ¿No estoy aquí que soy tu madre?” Acerquémonos a María para que ella nos pueda enseñar a seguir el camino de Cristo. Cuando creas que el sufrimiento sobrepasa tus posibilidades, es como cuando decía San Pablo, Cristo puede actuar de manera directa:

"Pero el Señor me ha dicho: «Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad.» Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Y me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy.”

Mi Tío Juan...EL MENSAJERO DE LAS ESTRELLAS (2)








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martes, 20 de agosto de 2019

Charlemos Sobre...Tener un Carácter Creyente

Homilía del XX Domingo Ordinario, 18 de Agosto.


LECTURAS DEL DÍA

Primera Lectura: Jeremías 38:4-6, 8-10
Salmo Responsorial: Salmo 40:2-4, 18
Segunda Lectura: Hebreos 12:1-4

Evangelio del Día:

Lucas 12:49-53

49 «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!
50 Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!
51 «¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división.
52 Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres;
53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Tomado de: https://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2019-08-18


Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez

Preguntas:

- ¿Qué dificultad enfrentó Jeremías por cumplir con su misión?
- ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente al que piensa diferente?
- ¿Qué significa entrar en conflicto con argumentos?

Tarea de la Semana:

Reflexionar: ¿tomo postura desde mi visión cristiana de la realidad, o me dejo llevar por la dinámica del mundo?

Oración:

Señor, hoy puedo ver que ser cristiano implica tomar una postura frente a las realidades que enfrentamos, por eso te pido que me des la fuerza necesaria para mantenerme firme y coherente en las verdades de la fe ante las adversidades. Amén.

viernes, 16 de agosto de 2019

Mi Tío Juan...EL MENSAJERO DE LAS ESTRELLAS (1)








EL MENSAJERO DE LAS ESTRELLAS (1)

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miércoles, 14 de agosto de 2019

Charlemos Sobre...Los Tesoros de la Iglesia

Homilía del XIX Domingo Ordinario, 11 de Agosto


LECTURAS DEL DÍA

Primera Lectura: Sabiduría 18:6-9
Salmo Responsorial: Salmo 33:1, 12, 18-22
Segunda Lectura: Hebreos 11:1-2, 8-19 

Evangelio del Día:

Lucas 12:32-48

32 «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino.
33 «Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla;
34 porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
35 «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas,
36 y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.
37 Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
38 Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!
39 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa.
40 También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.»
41 Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?»
42 Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente?
43 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así.
44 De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda.
45 Pero si aquel siervo se dice en su corazón: "Mi señor tarda en venir", y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse,
46 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles.
47 «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes;
48 el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.

Tomado de: https://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2019-08-11

Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez

Preguntas:

- ¿Cuál es son los mayores tesoros de la iglesia?
- ¿Cuál es son los tesoros que permanecen?
- ¿Qué relación debe tener el cristiano con los bienes materiales?

Tarea de la Semana:

Reflexionar: ¿cuál es la huella que estoy dejando en el mundo? ¿cuando muera, por qué seré recordado?

Oración:

Señor, ayúdame a enfocar mis esfuerzos en la adquisición de bienes interiores que permanecen, y no exteriores que perecen. Que a ejemplo de San Lorenzo, me esfuerce por mantenerme firme en la fe y perseverante en medio de las dificultades. Amén.

sábado, 10 de agosto de 2019

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Vi...vencias...¿Avaricia o codicia?





¿Avaricia o codicia?

En el momento presente con la corrupción como uno de los grandes protagonistas, uno de los temas de debate es el relativo a su fuente, su origen, al menos, psicológico. Dos palabras aparecen como recurrentes: avaricia y codicia. Son palabras muy próximas en su significado pero distintas.

Según el Diccionario de la Lengua española, avaricia es el "afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas". En cambio, codicia es el "afán excesivo de riquezas."

En ambos casos, se tratan de afanes, deseos, impulsos que tienen por objeto las riquezas. Las diferencias se sitúan, en primer lugar, en el cómo se hacen realidad tales impulsos. En el caso de la avaricia, es un deseo "desordenado". En cambio, de la codicia nada se dice, sólo que es "excesivo". Sin embargo, también el exceso está presente en la avaricia. Es más, se podría decir que el afán desordenado es, en sí mismo, un exceso. Así como también lo es el deseo de atesorarlas. En este punto, no parece que pueda existir una gran diferencia. Tanto la avaricia como la codicia son afanes de excesos. Son excesos respecto de lo que es el deseo ordinario de las personas ordinarias. El exceso de la avaricia es, además, desordenado. Ambos son excesos respecto de lo ordinario, como digo, pero el avaro es desordenado. El codicioso será, en cambio, ordenado.

Son afanes excesivos que se proyectan sobre la riqueza. Exceden lo ordinario. La segunda diferencia podría situarse en el para qué. La avaricia es el afán excesivo para atesorar. En relación con la codicia, nada se dice. El codicioso no parece que pretenda atesorar su riqueza. Quiere disfrutar de ella.


El avaricioso, parece, que su afán se ve satisfecho con el mero hecho de "reunir y guardar dinero o cosas de valor", que es el significado de la palabra atesorar. El codicioso no se satisface con el mero hecho de reunir. Quiere algo más. Es algo implícito. Está subyacente.


Para que lean el ESCRITO con buena música..



El codicioso tiene que atesorar si quiere disfrutar. El codicioso es un "disfrutador" de riqueza. El avaricioso no. Es un "disfrutador" de reunir riqueza, no de disfrutar de los beneficios derivados de la explotación de las riquezas.El término codicia es más genérico que el de avaricia. Este último introduce dos matices que no están presente en el otro.
 Es más, todo avaricioso es un codicioso. Todo avaricioso tiene un afán excesivo de riqueza. Los dos matices están en el desorden del impulso y en la finalidad o destino de la riqueza deseada. En el caso del codicioso, hay orden en la satisfacción de su impulso pero no sabemos el destino. En el caso del avaricioso, el avaro, hay desorden y la satisfacción radica en la pura tenencia de las mismas. 

El puro hecho de tener es fuente de disfrute. En el caso del codicioso, se desconoce pero se puede suponer que, para no incurrir en la avaricia, le dará otro destino.

Todo avaricioso es un codicioso pero no todo codicioso es un avaricioso. Mientras que el orden o desorden del impulso es más discutible, al final, la única diferencia relevante radica, como digo, en si a la riqueza atesorada o reunida se le da un destino fuente de satisfacción o de placer más allá del mero hecho de su acumulación. Para el avaro, sólo la tenencia es fuente de placer. Para el codicioso, que no quiera incurrir en avaricia, precisará algo más, deseará, afanará mucho más.

La corrupción puede tener un origen psicológico tanto en la avaricia como en la codicia. No sabemos cuál es el destino que a la riqueza atesorada quieren darle los corruptos. Hay un afán excesivo de riqueza. Hay codicia, en sentido amplio. Que luego de lugar a la avaricia o a otro afán, dependerá de
 cada caso.


Andres Betancor.


Mi Tío Juan...EL VALOR DEL DINERO








martes, 6 de agosto de 2019

Charlemos Sobre...Nadie sabe para quién trabaja

Homilía del XVIII Domingo Ordinario, 4 de agosto.


LECTURAS DEL DÍA

Primera Lectura: Eclesiastés 1:2; 2:21-23
Salmo Responsorial: Salmo 90:3-6, 12-14, 17
Segunda Lectura: Colosenses 3:1-5, 9-11

Evangelio del Día:

Lucas 12:13-21

13 Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.»
14 El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?»
15 Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.»
16 Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto;
17 y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?"
18 Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes,
19 y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea."
20 Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?"
21 Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.»

Tomado de: https://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2019-08-04


Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez

Preguntas:

  • ¿Qué es vanidad de acuerdo con el Evangelio?
  • ¿Por qué los excesos materiales atentan contra el prójimo?
Tarea de la Semana:

  • Reflexionar en qué invierto mi tiempo, y revisar si lo que hago me da felicidad verdadera.
  • Preguntarme: ¿continuamente estoy deseando tener mucho más de lo que tengo y necesito?
Oración:

Señor, muchas veces he deseado tener lo que no tengo, y mucho más de lo que necesito. Te pido que me des la sabiduría y la sensatez para saber regular mis propios deseos para pensar un poco más en mis hermanos, especialmente en los que más necesitan. Enséñame a compartir y ser generoso, amén. 

viernes, 2 de agosto de 2019

Vi...vencias...Saber Pedir






 Para que lean el ESCRITO con buena música..




Saber Pedir

Hace algún tiempo atrás mientras me certificaba como Coach de vida escuche una frase que delineo mucho mi manera actual de pensar y le dio sentido a muchas creencias con las que he vivido los últimos 18 años. La frase es la siguiente:

“Quien no sabe pedir empobrece su vida y esta condenado a vivir con sus propios recursos” 
Cuanta razón tenia Santiago cuando escribió:  “Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden”.  (Santiago 4:2)

Lograr nuestras metas, sentirnos satisfechos tanto física como emocional y aun espiritualmente tiene muchísimo que ver con saber pedir.A lo largo de los años en que me he desempeñado como consejero, coach y ministro cristiano, mas confirmo el poder que tiene saber pedir. Constantemente escucho historias de matrimonios dolidos y hasta rotos porque no obtienen el uno del otro lo que necesitan. Hijos lastimados por que sienten que sus padres no saben sus verdaderas necesidades y terminan en malos pasos por no haber encontrado en el hogar lo que necesitaban. Miembros de iglesias frustrados, amargados y hasta acostumbrados con una vida espiritual mediocre o hasta miserable, todo por no saber pedir lo que sus almas necesitan. Trabajadores enojados y rebeldes con sus jefes o en sus centros de trabajo. No saber pedir afecta todas las áreas de la vida.

Pero antes de seguir necesitas hacerte las siguientes preguntas:

¿Tengo claro cuales son mis necesidades? Si las tengo claras ¿Pido ayuda?

Y si no pido, ¿Dónde observo dificultad para pedir?

¿Cuál es el carácter de mis dificultades?

¿Qué me frena?

Existen algunas precondiciones, por así decirlo, que nos llevan a pedir:

Debemos tener el juicio de que algo falta.  “Me falta comunicación con mi pareja”. “Siento que mi jefe en el trabajo no me entiende”. “Me falta disciplina para bajar de peso o administrar mejor mis finanzas”. “Me falta autocontrol, cuando me enojo exploto”. Etc.

Podemos referirnos a este factor como una inquietud.

Pedimos solo aquello que nos interesa. Solo pediremos aquellas cosas que consideremos realmente importantes para nosotros. Cuando no lo pedimos es una indicación de que en lo profundo no lo queremos verdaderamente tanto como decimos quererlo.

Solo pediremos cuando creemos que aquello que falta es posible generarlo. Si, por el contrario, poseo el juicio de que no es posible, consideraré que es absurdo pedirlo. En este punto es donde la mayoría nos enfrentamos con nuestras propias creencias limitantes. Muchas personas a las que les pregunto: ¿Por qué no haz hablado con tu esposa de esto? Lo que contestan es: “Es que ya se lo pedí y no cambio nada” ¿Si ves que hace falta algo en tu iglesia a la que perteneces ¿por qué lo hablas y lo pides? “Es que las cosas ya son así, esto no va a cambiar”

¿Qué ideas bloquean el pedir?

“Descubrirán que no sé”
“Muestro que soy vulnerable”
“Quedo comprometido”
“Voy a molestar”
“¿Pero quién soy yo para pedirle esto a…?”
“Me van a decir que no”
“Me pueden decir que no”
“Si me dicen que no, me estarían rechazando”, etc.

Como ves, las barreras principales y mas fuertes que tenemos que enfrentar en el arte de pedir no tienen que ver con la otra persona o la familia o la organización a la que pertenecemos. Esas barreras están clavadas en lo mas profundo de nuestro ser. Lo que en realidad nos bloquea a la hora de querer pedir algo que necesitamos son nuestros miedos e inseguridades. El miedo a ser rechazado, a sentirte menos que los demás, el miedo a demostrar que no puedes solo, que no sabes todo y al final el terror a aceptar que solo eres un ser humano que necesita ayuda. Parece irónico pero así es. En el mundo que vivimos se enaltece las apariencias sobre la verdad. Muchas de las personas que vienen a mi por ayuda y yo mismo, cuando me siento insatisfecho, frustrado y cansado de mis malas relaciones con los demás, de no alcanzar lo que deseo u obtener lo que necesito, es porque estamos tratando con todas nuestras fuerzas de aparentar algo que pensamos que la sociedad o nuestros padres, nuestra comunidad o amigos esperan de nosotros.



El arte de saber pedir es una de las competencias conversacionales claves  en la vida de los individuos y en el desempeño de las organizaciones.



El saber pedir esta ligado por completo al arte de saber conversar y la manera en que usamos nuestro lenguaje. Si alguien gusta este podría ser el tema del siguiente post.


“Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre”. (Mateo 7:8)

Alberto Machuca.



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