lunes, 29 de enero de 2018

Charlemos Sobre...Los Hábitos

Homilía del IV Domingo Ordinario, 28 de Enero.


Lecturas del Día.

Primera Lectura: Deuteronomio 18:15-20
Salmo Responsorial: Salmo 95:1-2, 6-9
Segunda Lectura: I Corintios 7:32-35

Evangelio del Día:

Marcos 1:21-28

21 Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar.
22 Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
23 Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar:
24 «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»
25 Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»
26 Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
27 Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.»
28 Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.

Tomado de: http://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2018-01-28


Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez

Preguntas:

- ¿Porqué recibe el pueblo de Israel un profeta?
- ¿Qué papel cumple Jesús entre Dios y los hombres?
- ¿Cómo se diferencia la enseñanza de Jesús de la de los fariseos?

Tarea:

Revisar mis hábitos negativos, elegir uno y trabajar durante la semana por eliminarlo de mi vida.

Oración:

Señor Jesús, día a día actúo conforme a mi voluntad, y mis hábitos en ocasiones no son reflejo de mi fe. Te pido Señor la fuerza que proviene de ti, para modificar mis hábitos negativos y día a día cambiar mi forma de actuar con el fin de ser reflejo de tu misericordia y amor. Amén.

viernes, 26 de enero de 2018

Vídeos de la Semana....














martes, 23 de enero de 2018

Charlemos Sobre... La Conversión

Homilía del III Domingo del Tiempo Ordinario, 21 de enero.


Lecturas del Día

Primera Lectura: Jonás 3:1-5, 10
Salmo Responsorial: Salmo 25:4-9
Segunda Lectura: I Corintios 7:29-31

Evangelio del Día:

Marcos 1:14-20

14 Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios:
15 «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.»
16 Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
17 Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres.»
18 Al instante, dejando las redes, le siguieron.
19 Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes;
20 y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.

Tomado de: http://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2018-01-21


Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez

Preguntas:

- ¿Qué ocurrió con Nínive tras la predicación de Jonás?
- ¿Cuándo ocurre el proceso real de la conversión?
- ¿Cómo puedo demostrar mi conversión?
-¿Qué significa "dejarlo todo para seguir a Jesús"?

Tarea de la Semana:

Reflexionar: ¿qué tengo que dejar o abandonar para seguir al Señor?

Oración:

Señor Jesús, gracias infinitas por llamarme un día a seguirte, porque ese llamado le ha dado sentido y dirección a toda mi existencia. Permíteme abandonar todo aquello que me aleja de ti, para que pueda servirte con un corazón libre y comprometido. Amén. 

lunes, 22 de enero de 2018

Vi...vencias...Segundo pez: He elegido a Jesús





 Para que lean el ESCRITO  con buena música...


Segundo pez: He elegido a Jesús

Un mensaje que vosotros, jóvenes de hoy, estáis llamados a acoger y gritar a vuestros coetáneos: ¡El hombre es amado por Dios!

Este es el simplicísimo y sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre
(Christifideles Laici 34); (Juan Pablo II, Mensaje para la XII Jornada Mundial de la Juventud, 1997, n. 9).
Les he hablado de mis experiencias en el seguimiento de Jesús, para encontrarlo, vivir junto a Él y, por consiguiente, llevar su mensaje a todos.
Me preguntarán ustedes: ¿Cómo poner en práctica la unión total con Jesús en una vida lastimada por tantos cambios? No se los he ocultado, pero por claridad ¡les vuelvo a escribir mi secreto! (cfr. El camino de la esperanza, 979-1001).

Al principio de cada párrafo están unos números, del 1 al 24: he querido hacer que correspondan a las horas de un día. En cada número, he repetido la palabra «uno»: una revolución, una campaña, un slogan, una fuerza... Son cosas muy prácticas. Si de 24 horas vivimos 24 radicalmente por Jesús, seremos santos. Son 24 estrellas que iluminan el camino de la esperanza.

No les explico estos pensamientos, los invito a meditarlos serenamente, como si Jesús les hablara dulcemente, íntimamente al corazón. No tengan miedo de oírlo ni de hablar con Él. No duden, vuelvan a leerlos cada semana. Encontrarán que la gracia brillará transformando su vida.

1. Tú quieres hacer una revolución: renovar el mundo. Podrás realizar esta preciosa y noble misión, que Dios te ha confiado sólo con «el poder del Espíritu Santo». Todos los días, allí donde vives, prepara un nuevo Pentecostés.

2. Comprométete en una campaña que tenga como fin hacer felices a todos. Sacrifícate continuamente con Jesús, para traer paz a las almas, desarrollo y prosperidad a los pueblos. Esta debe ser tu espiritualidad, discreta y concreta al mismo tiempo.

3. Permanece fiel al ideal de un apóstol: «dar la vida por los hermanos». De hecho «nadie tiene mayor amor, que el que da su vida por sus amigos» Jn 15, 13). Gasta sin parar todas tus energías y está siempre listo a darte a ti mismo para conquistar a tu prójimo para Dios.

4. Grita un solo slogan: «Todos uno», es decir, unidad entre los católicos, unidad entre los cristianos y unidad entre las naciones. «Como el Padre y el Hijo son uno» (cfr. Jn 17, 22-23).

5. Cree en una sola fuerza: la Eucaristía, el cuerpo y la sangre del Señor que te dará la vida: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» Jn 10, 10). Como el maná alimentó a los israelitas en su viaje a la tierra prometida, así la Eucaristía te alimentará en tu camino de la esperanza (cfr. Jn 6, 50).

6. Viste un solo uniforme y habla un solo lenguaje: la caridad: La caridad es la señal de que eres discípulo del Señor (cfr. Jn 13, 35). Es el distintivo menos costoso, pero es el más difícil de encontrar. La caridad es la «lengua» principal. San Pablo decía que es más preciosa que «hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles» (1 Co 13, 1). Será la única lengua que sobrevivirá en el cielo.

7. Mantente en un solo principio guía: la oración. Nadie es más fuerte que la persona que ora, porque el Señor ha prometido conceder todo a los que oran. Cuando ustedes están unidos en la oración el Señor está entre ustedes (cfr. Mt 18, 20). Te aconsejo con todo el corazón: además del tiempo «oficial» de oración, retírate cada día una hora, o mejor dos, si puedes, para la oración personal. ¡Te aseguro que no será tiempo mal empleado! En mi experiencia de todos estos años, he visto confirmadas las palabras de santa Teresa de Ávila: «El que no ora no necesita que el demonio lo saque del camino: él solo se arrojará al infierno».

8. Observa una sola regla: el Evangelio. Esta «Constitución» es superior a todas las demás. Es la regla que Jesús dejo a los Apóstoles (cfr. Mt 4, 23). No es difícil, complicado o legalista como las otras: al contrario, es dinámica, amable y estimulante para tu alma. ¡Un santo alejado del Evangelio es un santo falso!

9. Sigue lealmente a un solo jefe: Jesucristo y sus representantes: el Santo Padre, los obispos, sucesores de los Apóstoles (cfr. Jn 20, 22-23). Vive y muere por la Iglesia es lo único que pide sacrificio: también vivir por la Iglesia exige mucho.

10. Cultiva un amor especial por María. San Juan Bautista María Vianney decía en confianza: «Después de Jesús, mi primer amor es para María». Si la escuchas, no perderás el camino; no fallarás en nada de lo que emprendas en su nombre. Hónrala y ganarás la vida eterna.

11. Tu única sabiduría será la ciencia de la Cruz (2 Co 2, 2). Mira a la Cruz y encontrarás la solución a todos los problemas que te preocupan. Si la Cruz es el criterio con el que haces tus decisiones tu alma estará en paz.

12. Conserva un solo ideal: estar vuelto hacia Dios Padre, un Padre que es todo amor. Toda la vida del Señor, todo su pensamiento y su acción tuvieron un solo fin: «Que el mundo sepa que yo amo al Padre y que hago lo que Él me ha mandado» (Jn 14, 31), y «Yo hago siempre lo que a Él le agrada» Jn 8, 29).


13. Hay un solo mal que temer: el pecado. Cuando la corte del emperador de Oriente se reunió para discutir el castigo que debía darse a san Juan Crisóstomo por la franca denuncia dirigida a la emperatriz, se sugirieron las siguientes posibilidades:

a) Encarcelarlo, «pero, decían, tendría la oportunidad de orar y de sufrir por el Señor, como siempre lo ha deseado»;

b) exiliarlo, «pero, para él no hay ningún lugar donde no habite el Señor»;

c) condenarlo a la muerte, «pero así se hará un mártir y satisfará su aspiración de ir al Señor».
«Ninguna de estas posibilidades es para él un castigo; al contrario, las aceptará con gozo».

d) hay una sola cosa que él teme mucho y que odia con todo su ser: el pecado; «¡pero sería imposible forzarlo a cometer un pecado!».
Si temes sólo al pecado, tu fuerza será inigualable.


14. Cultiva un solo deseo: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo» (Mt 6, 10). Que en la tierra puedan los pueblos conocer a Dios como es conocido en el cielo; que en ésta todos empiezan a amar a los demás como se ama en el cielo; que también en la tierra haya la felicidad que hay en el cielo.
Esfuérzate por difundir este deseo. Comienza a llevar la felicidad del cielo a cada uno en este mundo.

15. Te falta una cosa: «Ve y vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme» (Mc 10, 21), es decir, debes decidirte de una vez por todas. El Señor quiere voluntarios, libres de todo apego.

16. Para tu apostolado usa el único método eficaz: el contacto personal. Con este método entras en la vida de los otros, los comprendes y los amas. Las relaciones personales son más eficaces que las predicaciones y que los libros. El contacto entre las personas y el intercambio «de corazón a corazón» son el secreto de la permanencia de tu obra y de su éxito.

17. Hay sólo una cosa verdaderamente importante: «María ha elegido la mejor parte» cuando se sentó a los pies del Señor (cfr. Lc 10, 41-42). Si no tienes una vida interior, si Jesús no es verdaderamente el alma de tu actividad, entonces... bueno, tú ya sabes bien, no tengo necesidad de que te lo repita.

18. Tu único alimento: «La voluntad del Padre» Jn 4, 34); con ella debes vivir y crecer, tus acciones deben brotar de la voluntad de Dios. Ella es como un alimento que te hace vivir más fuerte y más feliz; si vives lejos de la voluntad de Dios, morirás.

19. Para ti el momento presente es el más hermoso (Mt 6, 34; St 4, 13-15). Vívelo plenamente en el amor de Dios. Tu vida será maravillosamente bella y como un gran cristal formado por millones de esos momentos. ¿Ves cómo es fácil?

20. Tienes una «carta magna»: las bienaventuranzas (Mt 5, 3, 12) que Jesús pronunció en el sermón de la montaña. Vívela en plenitud: experimentarás una gran felicidad que podrás luego comunicar a todos los que encuentres.

21. Ten un solo objetivo importante: tu deber. No importa si es pequeño o grande, porque tú colaboras con la obra del Padre celestial. Él ha establecido que éste sea el trabajo que debes cumplir para realizar su plan en la historia (cfr. Lc 2, 49; Jn 17, 4). Muchas personas se inventan modos complicados de practicar la virtud y luego se lamentan de las dificultades que
de ellos se derivan. Pero cumplir el deber del propio estado es la forma más segura y más simple de perfección espiritual que podamos seguir.

22. Ten un solo modo de llegar a ser santo: la gracia de Dios y tu voluntad (cfr. 1 Co 15, 10). Dios no dejará que te falte su gracia: pero ¿tu voluntad es suficientemente fuerte?

23. Una sola recompensa: Dios mismo. Cuando Dios le dijo a santo Tomás de Aquino: «Has escrito bien acerca de mí, Tomás: ¿qué recompensa quieres?», santo Tomás respondió: «¡Sólo a Ti, Señor!».

24. ...tienes una patria.

La campana suena, grave,profunda,
Vietnam ora.
La campana sigue sonando,lacerante,llena de conmoción,
Vietnam llora.
La campana se oye de nuevo,vibrante,patética,
Vietnam triunfa.
La campana vuelve a tocar,cristalina,
Vietnam espera.

Tú tienes una patria, Vietnam.
Un país muy querido,
que a través de los siglos
es tu orgullo,tu gozo,
ama sus montañas y sus ríos,
sus paisajes de brocado y de raso,
ama su historia gloriosa,
ama a su pueblo laborioso,
ama a sus heroicos defensores.

Los ríos corren impetuosos
como corre la sangre de su pueblo,
sus montañas son elevadas,
pero más elevados aún son los huesos
que allí se amontonan.
¡La tierra es estrecha, pero amplia tu ambición,
Pequeño País tantas veces nombrado!

Ayuda a tu patria con toda tu alma se le fiel,
defiéndela con tu cuerpo y con tu sangre,
constrúyela con tu corazón y tu mente,
comparte el gozo de tus hermanos
y la tristeza de tu pueblo.

Un Vietnam, un pueblo,
un alma, una cultura,
una tradición.

¡Católico vietnamita!
¡Ama mil veces tu patria!
El Señor te lo enseña,
la Iglesia te lo pide.
¡Que el amor por tu país,
 pueda ser un todo
con la sangre que corre por tus venas!

POR CARDENAL FCO. XAVIER NGUYEN VAN THUAN



viernes, 19 de enero de 2018

Vídeos de la Semana....




















domingo, 14 de enero de 2018

Charlemos Sobre...La Voz de la Conciencia

Homilía del II Domingo Ordinario, 14 de Enero.


Lecturas del Día:

Primera Lectura: I Samuel 3:3-10, 19
Salmo Responsorial: Salmo 40:2, 4, 7-10
Segunda Lectura: I Corintios 6:13-15, 17-20

Evangelio del Día:

Juan 1:35-42

35 Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos.
36 Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.»
37 Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús.
38 Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le respondieron: «Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?»
39 Les respondió: «Venid y lo veréis.» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima.
40 Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.
41 Este se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías» - que quiere decir, Cristo.
42 Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir, "Piedra".

Tomado de: http://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp


Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez.

Preguntas: 

- ¿Qué significa la palabra "vocación"?
- ¿Cuál es la importancia de los padres en la comunicación de la fe en los niños?
- ¿Cómo podemos entender el llamado de Dios a Samuel?
- ¿Qué enseñanza nos dejo el papa Benedicto XXVI sobre la fe?

Tarea de la Semana:

Evaluar si soy un creyente pasivo o activo, y reflexionar si tengo la capacidad de seguir al Señor haciéndome responsable de mi fe.

Oración:

Señor, cada día de mi vida experimento tu llamado a través de mi conciencia, y algunas veces te escucho mientras que muchas otras no lo hago. Hoy quiero comprometerme a escuchar tu voz y a seguirte al caminar, trabajar por tu Reino e ir contigo haciendo tu voluntad. Amén.

sábado, 13 de enero de 2018

Vídeos de la Semana....















sábado, 6 de enero de 2018

Vídeos de la Semana....