Lecturas del Día
Primera Lectura: Éxodo 34:4-6, 8-9
Salmo Responsorial: Daniel 3:52-55
Segunda Lectura: II Corintios 13:11-13
Evangelio del Día:
Juan 3:16-18
16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.
Tomado de: http://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2017-06-11
Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez.
Preguntas:
- ¿Qué significa que Dios es compasivo y clemente?
- ¿Qué es ser paciente?
- ¿Cuál es la esencia de cada una de las personas de la Trinidad?
- ¿Qué consecuencia trae para nosotros adorar a un Dios Amor?
- ¿Qué consecuencia trae para nosotros adorar a un Dios Amor?
Tarea de la Semana:
Reflexionar cuáles de los actos de fe estoy haciendo por cumplimiento y cuáles hago por convicción verdadera. Si estoy actuando por cumplir, pediré la gracia de Dios para redireccionar mis acciones e intenciones.
Reflexionar cuáles de los actos de fe estoy haciendo por cumplimiento y cuáles hago por convicción verdadera. Si estoy actuando por cumplir, pediré la gracia de Dios para redireccionar mis acciones e intenciones.
Oración:
¡Oh Dios mío, trinidad adorable, ayúdame a olvidarme por entero para establecerme en ti!
¡Oh mi Cristo amado, crucificado por amor! Siento mi impotencia y te pido que me revistas de ti mismo, que identifiques mi alma con todos lo movimientos de tu alma; que me sustituyas, para que mi vida no sea más que una irradiación de tu propia vida. Ven a mí como adorador, como reparador y como salvador...
¡Oh fuego consumidor, Espíritu de amor! Ven a mí, para que se haga en mi alma una como encarnación del Verbo; que yo sea para él una humanidad sobreañadida en la que él renueve todo su misterio.
Y tú, ¡oh Padre!, inclínate sobre tu criatura; no veas en ella más que a tu amado en el que has puesto todas tus complacencias.
¡Oh mis tres, mi todo, mi dicha, soledad infinita, inmensidad en que me pierdo! Me entrego a vos como una presa; sepultaos en mi para que yo me sepulte en vos, en espera de ir a contemplar en vuestra luz el abismo de vuestras grandezas.
Beata Isabel de la Trinidad
¡Oh Dios mío, trinidad adorable, ayúdame a olvidarme por entero para establecerme en ti!
¡Oh mi Cristo amado, crucificado por amor! Siento mi impotencia y te pido que me revistas de ti mismo, que identifiques mi alma con todos lo movimientos de tu alma; que me sustituyas, para que mi vida no sea más que una irradiación de tu propia vida. Ven a mí como adorador, como reparador y como salvador...
¡Oh fuego consumidor, Espíritu de amor! Ven a mí, para que se haga en mi alma una como encarnación del Verbo; que yo sea para él una humanidad sobreañadida en la que él renueve todo su misterio.
Y tú, ¡oh Padre!, inclínate sobre tu criatura; no veas en ella más que a tu amado en el que has puesto todas tus complacencias.
¡Oh mis tres, mi todo, mi dicha, soledad infinita, inmensidad en que me pierdo! Me entrego a vos como una presa; sepultaos en mi para que yo me sepulte en vos, en espera de ir a contemplar en vuestra luz el abismo de vuestras grandezas.
Beata Isabel de la Trinidad
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