Lecturas del Día:
Primera Lectura: I Reyes 19:16, 19-21
Salmo Responsorial: Salmo 16:1-2, 5, 7-11
Segunda Lectura: Gálatas 5:1, 13-18
Evangelio del Día:
Lucas 9:51-62
51 Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén,
52 y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada;
53 pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén.
54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?»
55 Pero volviéndose, les reprendió;
56 y se fueron a otro pueblo.
57 Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas.»
58 Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
59 A otro dijo: «Sígueme.» El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
60 Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.»
61 También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.»
62 Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.
Tomado de: http://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2016-06-26
Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez.
Preguntas:
- ¿Cuál es la lección de Jesús a sus discípulos cuando no son recibidos en Samaría?
- ¿Cuáles son las tres implicaciones descritas en el Evangelio del seguimiento de Jesús?
- ¿Cuál es la libertad que propone Jesús para poder seguirle?
- ¿Cuál es la libertad que propone Jesús para poder seguirle?
Tarea de la Semana:
Reflexionar cuáles son los afectos, las costumbres e intereses personales que debo moderar para poder seguir plenamente a Jesús.
Reflexionar cuáles son los afectos, las costumbres e intereses personales que debo moderar para poder seguir plenamente a Jesús.
Oración:
Señor, al escuchar este evangelio veo cómo quieres guiarme para que mi decisión de seguirte sea verdadera. Quiero poner en tus manos mis afectos y decisiones que me han esclavizado, para que siendo libre, mi corazón esté dispuesto a amar. Amén.