miércoles, 13 de enero de 2016

Vi...vencias.Este Tiempo es???



¡¡¡NAVIDAD!!!

El tiempo litúrgico de Navidad se encuentra acompañado por una serie de fiestas y solemnidades muy importantes que encierran gran parte del misterio de nuestra fe: la Sagrada Familia, la Epifanía del Señor y el Bautismo del Señor. En todas ellas, se repite un elemento común y central: Jesús, el Señor, quien vino al mundo como un hombre nacido en una familia muy humilde, donde su madre llena de amor y su padre trabajador justo, se constituyen para todas las generaciones de creyentes como el ejemplo a seguir de cada familia cristiana. 

En la Sagrada Familia, cada uno de los miembros es importante, y esto ocurre porque cada uno de ellos cumple un papel único e importante: ¿qué sería de Jesús y María sin el trabajo incansable de José? ¿o de José sin el afecto y compañía de su esposa? ¿o de Jesús sin unos padres que lo recibieran y amaran al llegar a la tierra? La familia sólo tiene sentido, si cada uno de sus miembros logra encontrar su papel y llevarlo a cabo desde el amor…siempre pensando en el bien común, donde todos los miembros del hogar sean reconocidos, amados e importantes.

Pero además de pertenecer a una familia, Jesús llegó a la tierra por voluntad de Dios Padre, para mostrar a todos los pueblos su misericordia. En forma de niño y a través de una estrella, quiso manifestarse de una forma especial a los sabios de oriente, quienes aún sin ser parte del pueblo de Israel, lograron ver en esa estrella el signo más grande de todos los tiempos. Aquellos sabios que representan a todos los hombres y mujeres de la tierra, nos demuestran el gran amor del Señor por todos, un amor que no es egoísta y se entrega sólo al pueblo elegido, sino a todos los pueblos de la tierra… esa entrega generosa que nos invita también a nosotros a amar a todos nuestros hermanos sin importar las diferencias culturales, religiosas o de cualquier tipo.

Al iniciar la misión, Dios Padre bendice a su hijo Jesús en el bautismo y se revela a los hombres a través de su voz y la presencia del Espíritu Santo  en forma de paloma. La infinita humildad de Jesús al hacerse bautizar por Juan el Bautista, es para nosotros el mayor testimonio de la importancia de este sacramento que nos permite ingresar a la iglesia y nos hace hijos adoptivos del Padre. Este sacramento preciado, es regalado por los padres a sus hijos a muy corta edad con el fin de permitirles recibir la gracia del Señor. Es deber de todos nosotros, miembros de la iglesia, amarla y cuidarla además de buscar continuamente el crecimiento de todos sus miembros: así, llevaremos a cabo la misión que hemos recibido.




TAREAS:
1. Reflexionar acerca de nuestro rol al interior de nuestra familia, y revisar si lo estamos cumpliendo con amor y compromiso.
2. Pensar en una acción concreta que pueda implementar en mi vida para evitar la exclusión y el rechazo a los hermanos, y así poder amar más generosamente a todos.
3. Orar dando gracias a Dios por nuestro bautismo y por las personas que participaron en nuestro sacramento (sacerdote, padres y padrinos). 

REALIZADO por Buena Nueva...

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