sábado, 7 de noviembre de 2015

Vi...vencias Más allá del Individualismo.




Más allá del Individualismo


Gran parte de nuestro aislamiento lo forjamos nosotros mismos. No nos gusta depender de los otros y, siempre que nos es posible, tratamos de demostrar que controlamos la situación y que somos capaces de tomar decisiones por nuestra cuenta. Esta auto-confianza tiene muchos atractivos. Nos da una sensación de poder, nos permite movernos con rapidez, nos ofrece la  satisfacción de ser dueños de nosotros mismos y promete muchos premios y recompensas. Sin embargo, lo opuesto a esta auto-confianza es la soledad, el aislamiento y el miedo constante a no tener éxito en la vida.

Yo he experimentado tanto las recompensas como los castigos del individualismo. Como profesor universitario, fui eficiente y popular, ascendiendo los numerosos escalones de la promoción académica; pero, después de todo esto, me sentía bastante solo. A pesar de todos los elogios que recibía cuando hablaba de la Comunidad, no sentía pertenecer realmente a ninguna. Mientras mostraba de una manera convincente la importancia de la Oración a mi me faltaba la  tranquilidad necesaria de orar. Al tiempo que proponía la mutua vulnerabilidad como un modo de crecer en el Espíritu, me encontraba a mi mismo muy reservado y hasta a la defensiva cuando era mi propia reputación la que estaba en juego. En el fondo de la vida académica esta la competencia incluso para los que predican la compasión, ¡siempre que no se quiere perder el empleo!

Hacer de la compasión el fondo ultimo de la vida, estar abierto y ser vulnerable a los otros, hacer de la vida comunitaria el centro y dejar que la oración sea aliento de la vida…,son cosas que requieren una decidida voluntad de abatir los innumerables muros que hemos levantado entre unos y otros para mantener nuestro aislamiento. Se trata de una lucha espiritual para toda la vida, y una lucha ardua, porque mientras con una mano estamos derribando un muro, con la otra estamos construyendo otro. Después de haber dejado la universidad y haber optado por una vida en comunidad, me di cuenta de que incluso dentro de la comunidad, hay muchas maneras de poner en acción las defensas del individualismo. Lo cierto es que la verdadera conversión exige mucho más que un cambio de lugar. Exige un cambio del corazón.



Henri Nouwen Escritos Esenciales.

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