viernes, 13 de marzo de 2020

Charlemos Sobre...Elegidos por su plan de amor

Homilía del II Domingo de Cuaresma, 08 de marzo.


LECTURAS DEL DÍA

Primera Lectura: Génesis 12:1-4
Salmo Responsorial: Salmo 33:4-5, 18-20, 22
Segunda Lectura: II Timoteo 1:8-10

Evangelio del Día:

Mateo 17:1-9

1 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto.
2 Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz.
3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él.
4 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.»
6 Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo.
7 Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.»
8 Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo.
9 Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.»

Tomado de: https://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp?date=2020-03-08



Ángelus del Papa Francisco




Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez

Preguntas:

- ¿Cómo se manifiesta la dimensión divina de Jesús en el pasaje del evangelio del domingo?
- ¿Por qué elije Jesús a Santiago, Pedro y Juan para mostrarles su gloria?
- ¿cuál es la promesa que Dios nos hace en este evangelio?
- ¿en qué consiste el NO futuro?

Tarea de la Semana:

Reflexionar: 
¿de qué manera he experimentado la alegría del encuentro con Jesús?
¿permito que las preocupaciones ahoguen mi vocación al servicio? 

Identificar los signos de muerte en mi vida, y analizar cómo con la ayuda de Dios, podemos transformar esos signos de muerte en vida.

Oración:

Señor, muchas veces he creído que soy especial, porque en pequeñas situaciones me permites contemplar tu gloria. Sin embargo, hoy me recuerdas que tu elección por mí ha sido fundamentada en el profundo amor que me has tenido, más no por mis cualidades humanas, y por ese amor me has dado el inmenso regalo de la vida eterna. Por eso, hoy sólo tengo palabras de agradecimiento, por amarme e invitarme a seguirte. Amén.

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