sábado, 15 de junio de 2019

Vi...vencias...Emociones




 Para que lean el ESCRITO  con buena música..

Las emociones son procesos psicológicos que nos preparan para adaptarnos al entorno, cuya función principal consiste en ser la guía para poder elaborar las acciones adecuadas en cada momento. Creemos en nosotros mismos cuando somos capaces de diferenciar claramente aquello que sentimos por encima de lo que pensamos, lo que nos cuentan, o lo que dicta la norma cultural del momento.

Los diferentes tipos de emociones que vamos experimentando en la vida van construyendo nuestro sentido de la realidad e identidad. El primer paso para saber quiénes somos es saber qué sentimos. Existen emociones más difíciles de reconocer debido a las condiciones de aprendizaje (si fueron negadas, prohibidas..) o por las consecuencias que su representación en la consciencia puede tener para la auto-imagen y la auto-estima.

EMOCIÓN Y COMUNICACIÓN

En realidad toda emoción, aunque no sea expresada abiertamente, es una comunicación. En este sentido, para entender la función de las emociones y los sentimientos hay que observar el cuadro completo de los mensajes enviados, es decir, el patrón de secuencias que producen. Pongamos un ejemplo; A se enfada, entonces B se asusta y pone cara de miedo, entonces A se indigna y aprieta los puños, entonces B se asusta más y se aleja un paso…En este caso observamos que la emoción es la respuesta del organismo ante una situación y, al mismo tiempo, el estímulo que genera una reacción en el otro. Al igual que sucede en toda comunicación humana, la emoción es una respuesta y un estímulo, al mismo tiempo, en el sentido de que es determinada y determina el comportamiento del otro. El miedo, por ejemplo, puede producir ira, la ira alejamiento, el alejamiento soledad…de manera que cada patrón complejo de intercambio hará emerger una realidad concreta.

EMOCIÓN, PERSONALIDAD y APRENDIZAJE

No todas las personas se relacionan con su universo emocional de la misma manera. Algunas encuentran sencillo sentir y expresar con precisión los sentimientos, mientras otras tardan más tiempo en comprender los cambios que sufre su espíritu, y precisan interrumpir, incluso negar, su emotividad. ¿A qué se debe esta diferencia?. ¿Cuándo aprendimos a separarnos de lo que sentimos?

La infancia es un periodo complejo en lo referente a toda la ambivalencia emocional que el niño puede experimentar con respecto a sus mayores. Pero la facilidad o dificultad que tenemos para gestionar emociones y sentimientos no sólo depende de los traumas psicológicos sufridos. Una parte se debe a la trasmisión. Algunas familias trasmiten la capacidad de celebración y la alegría, mientras que otras se vinculan desde la culpa, o la ira. Sentirorgullo o vergüenza, tener alta o baja autoestima, y ser capaz de gestionar los propios sentimientos, depende de las experiencias y de los aprendizajes tempranos.

Los diferentes acontecimientos por los que atraviesa cualquier grupo humano de pertenencia construye una historia concreta, una narrativa donde se instalan distintas emociones y mecanismos de defensa para abordar la realidad. De la misma manera, cada país genera una cultura que determina la manera en que sus miembros pueden representarse los sentimientos. Cada momento histórico genera un ideario social, y las emociones no se salvan de esta influencia, y son connotadas en positivo o condenadas al ostracismo. Expresar rabia, por ejemplo, puede ser una mala idea cuando se vive en contextos que prohíben la autonomía, donde pensar diferente tiene un precio tan alto, que la gente aprende pronto a no enfadarse. Sentir debilidad y tristeza, por ejemplo, puede suponer un desacato a la ideología social del momento, cuando la prescripción generalizada es “los hombres no lloran” La neurosis, como ya dijo Freud, es el precio que las personas pagamos por pertenecer a una sociedad. El problema es que los sentimientos y las emociones no se eligen, surgen sin más. Podemos elegir lo que hacemos, podemos admitir que estamos equivocados en la forma de pensar las cosas, incluso reconocer que nuestra reacción ha sido desproporcionada, pero es difícil aceptar que lo que estamos sintiendo es incorrecto, inadecuado o falso.

Los diferentes tipos de emociones y sentimientos que experimentamos los seres humanos han sido agrupados por la psicología en dos grandes bloques. Los criterios para construir estas categorías fueron el momento temporal en la vida del individuo, donde por primera vez se puede observar la expresión de cada tipo de emoción. Muchas de ellas están presentes desde el mismo nacimiento y son compartidas con los demás seres vivos. Las otras son consecuencia de la socialización.

EMOCIONES BÁSICAS, PRIMARIAS O INNATAS:

Ira
Asco
Miedo
Alegría
Tristeza
EMOCIONES SECUNDARIAS, SOCIALES O APRENDIDAS SON:

Culpa
Vergüenza
Orgullo
Celos
Otra forma, más subjetiva, de agrupar los diferentes tipos de emociones se ha basado en la sensación de agrado/desagrado que producen y en el tipo de reacción que desencadenan. Desde este criterio, hablamos de emociones positivas y emociones negativas. Las primeras, como la alegría, generan conductas de aproximación, mientras que las segundas, como la ira, produce distanciamiento y rechazo.

Esta última clasificación se usa menos, debido a que el criterio positivo-negativo puede implica un juicio de valor y no tiene en cuenta el contexto donde la emoción se desarrolla. La alegría, por ejemplo, puede estar desautorizada y provocar rechazo en personas que pertenecen a familias con una historia donde hubo que soportar mucho sufrimiento. La ira, por otra parte, puede ser considerada una expresión adecuada en situaciones donde la dignidad se encuentra amenazada. Dependiendo de cada situación, las mismas emociones y sentimientos pueden ser considerados apropiados o inadecuados. No representa lo mismo reír en un funeral que en una fiesta.

http://psicologosenmadrid.eu/tipos-de-emociones/


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