jueves, 5 de marzo de 2015

Vi...vencias:CAMINAR CON CRISTO: UNA VERDADERA AVENTURA......



¿Cuál es mi camino?, ¿Cuál es el mejor camino?, ¿Con quién camino? Son preguntas que muy seguramente los seres humanos nos hemos formulado en algún momento de nuestra vida. Para muchas personas cada uno se forja su propio camino, para otros por lo general se sigue las huellas de alguien que ya ha caminado  y para otros es más desafiante y emocionante a la vez desear abrir nuevos horizontes. Todos los seres humanos caminamos, pero no todos recorremos los mismos senderos. Todos necesitamos compañeros de camino, pero no todos deseamos caminar con otros.  Sí, es difícil andar por esta vida sin nadie que nos acompañe, puesto que nuestra vida es un camino que debemos recorrer juntos.

Jesús se definió a sí mismo como “el Camino” y no simplemente como un camino. Sin embargo, hoy más que nunca si podemos percibir que para mucha gente Jesús es una opción más entre muchos otros caminos. Los primeros cristianos fueron también llamados “los del Camino”, es decir, los que seguían a Cristo Camino.

La vida misma y por ende la vida cristiana es un permanente andar, caminar, peregrinar. Precisamente hace unos pocos días, con el miércoles de ceniza hemos iniciado la Cuaresma y en este tiempo de gracia, oración y bendición la Iglesia y Cristo mismo nos siguen invitando a preparar el corazón y nuestras vidas para celebrar con gozo y dignamente la fiesta cristiana de la Pascua, donde contemplaremos una vez más los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, nuestro Salvador. Pero para celebrar esta Pascua con Cristo, Él mismo no se cansa de invitarnos a recorrer su viacrucis, a asumir su cruz, puesto que es imposible pretender caminar con Él, pero no querer cargar su cruz, tal como él mismo nos ha señalado: “Sí alguien quiere venirse conmigo, niéguese a sí mismo, cargue con su cruz y sígame” (Mc 8, 34)

 Que Cristo, nuestro camino, nos permita en esta Cuaresma y siempre,  volver nuestra mirada y toda nuestra vida hacia Dios, quien no se cansa de esperarnos con los brazos abiertos y quien nos pide también salir al encuentro de nuestros hermanos para brindarnos el perdón que tanto necesitamos. Que esta Cuaresma sea un tiempo para volver a asumir con seriedad nuestra vida, para cargar la cruz de Cristo y la propia cruz, si en verdad queremos seguir caminado con Cristo, pues cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos a un Cristo sin la Cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos” (Papa Francisco)

Pbro. Juan Pablo Hamón.



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