domingo, 7 de septiembre de 2014

Charlemos Sobre... Saber Decir y Saber Escuchar

Homilía del XXIII Domingo, Ordinario, 7 de Septiembre


Lecturas del Día

Primera Lectura: Ezequiel 33, 7 - 9
Salmo Responsorial: Salmo 95, 1 - 2; 6 - 9
Segunda Lectura: Romanos 13, 8 - 10

Evangelio del Día:

Mateo  18: 15 - 20

15«Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.
16Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos.
17Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano.
18«Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
19«Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de 
mi Padre que está en los cielos.
20Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»

Tomado de: http://www.ewtn.com/devotionals/lecturas_09sep2014.asp#7

Saber Decir y Saber Escuchar (Presione Aquí)

Homilía del Pbro. Jaime Rivera Bohórquez        

Preguntas:

- ¿Cuál es el motivo de que el Señor se interese más por aquellos que se han equivocado?

- ¿Cuál es la principal enseñanza que deben compartir las familias con los hijos?

- ¿Cuál es el sentido evangélico de la corrección fraterna?

Tarea de la Semana:

Pensar ¿qué tan violento soy?

Reflexionar sobre cuáles son mis actitudes que demuestran mi respeto por el otro

Evaluar si yo juzgo o me preocupo por los demás

Procurar resolver los conflictos cotidianos de manera adecuada, y antes de llamar la atención orar por la persona.

Oración:

Señor Jesús, gracias por este evangelio. Gracias porque a través de tu Palabra, me recuerdas que lo que siempre esperas de mí es amor. Regálame tu dulzura y sabiduría para saber controlarme, y para saber decir a mis hermanos aquello que quiero expresar. Que siempre Señor seas tú la inspiración de mis palabras y actitudes, para saber construir tu Reino cada día, Amén.

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